miércoles, 27 de febrero de 2013

PROCESO CREADOR


Por Estrella Marquina
PROCESO CREADOR
El principal motor del proceso creativo es el ser humano, por ser la creación de Dios. En este sentido, todo ser humano posee un cerebro el cual está constituido por un hemisferio derecho y el izquierdo, uno le permite ser imaginativo, emotivo y el otro es lógico, racional. Cuando se  generan los pensamientos (pensamiento divergente) se analiza las situaciones desde diferentes ópticas. (el pensamiento convergente) ordenar, discriminar, evaluar y selecciona. En la creatividad existe dinámicas es decir no es crear desde la nada, sino recrear a partir de las propias experiencias y conocimientos reelaborando las acciones a partir de múltiples opciones que la mente va descartando hasta encontrar la solución adecuada a un problema.
Pensamiento Convergente y Pensamiento Divergente:
Para González Vargas (2011) el pensamiento Convergente y divergente es explicado de la siguiente forma:
El pensamiento divergente:
Se llama así a un tipo o forma  de pensamiento que busca analizar los problemas desde distintas perspectivas, no se restringe a miradas únicas, a aquellas aceptadas tradicionalmente, se abre incluso hacia ideas que pueden parecer absurdas en un primer momento. El pensamiento divergente actúa siempre removiendo los supuestos establecidos, desarticulando esquemas conocidos, flexibilizando posturas rígidas y siempre abriendo caminos sin límite hacia lo original, por insólito que parezca. Es el tipo de pensamiento llamado “Pensamiento Lateral”
El pensamiento convergente:
Por el carril opuesto hablamos de pensamiento convergente como aquel en que utilizamos la capacidad de ordenar, discriminar, evaluar y seleccionar entre las alternativas disponibles. En líneas generales se emplea para resolver problemas muy bien definidos y acotados donde la solución es casi única. El pensamiento se mueve en una sola dirección conocida, unívoca y lineal, en un solo plano, como si se tratara de un test de cinco alternativas con una sola respuesta correcta.
Aunque sabemos que casi nunca la vida es así y que a menudo hay muchas respuestas a los problemas, este tipo de pensamiento nos permite elegir aquella respuesta que el pensamiento divergente elaboró en una primera instancia y que de acuerdo a nuestros conocimientos y experiencias se adapta adecuadamente al problema en cuestión.
En definitiva, mientras el pensamiento divergente crea una múltiple cantidad de opciones creativas, algunas incluso absurdas, el pensamiento convergente selecciona una de las tantas alternativas ofrecidas como la más apta y posibilita su puesta en acción.

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