Es preciso comenzar este nuevo capitulo de la historia de
la creatividad con la persona que crea. De allí surge una gran interrogante,
¿quien es la persona que crea?
Motivado a lo anteriormente expuesto, se define que la
persona que crea es aquel ser humano capaz de pensar de dos maneras, utilizando
el intelecto para obtener la episteme y la imaginación para llegar a la
creatividad utilizando como herramienta lo doxo.
Por consiguiente, se establecen dos pensamientos el cual
no tienen ningún dilema entre si, ambos trabajan a la par para poder obtener
una persona que crea, de tal modo que al comprobar con los indicadores de la
creatividad como lo son: la originalidad, la invención e innovación, la
fluidez, la flexibilidad, la comunicación, la resolución de problemas, la
elaboración, la apreciación de lo nuevo, la curiosidad y motivación, la
productividad, la imaginación, entre otros; se pueda obtener el resultado de
una persona creativa. Por tal motivo numerosidad de autores conceptualizan
estos dos pensamientos, por ejemplo:
Para De Bono el pensamiento divergente es conocido
también como pensamiento lateral o creativo. Sus aportes científicos más
relevantes, es la definición, estructuración y sistematización del pensamiento
lateral. Plantea que “El pensamiento divergente es una actitud mental y también
una cantidad de métodos definidos, la actitud mental implica la disponibilidad
para tratar de mirar las cosas de diferentes maneras. Implica una apreciación
de que cualquier manera de mirar las cosas es sólo una entre muchas. Implica
una comprensión de cómo usa la mente los esquemas para poder pasar a otro mejor”.
Por otro lado, Guilford, en 1951, clasificó el
pensamiento productivo en dos clases: convergente y divergente (o lateral). Es
el pensamiento lógico, convencional, racional o vertical. El pensamiento
convergente se mueve buscando una respuesta determinada o convencional y
encuentra una única solución al problema. Mientras tanto el pensamiento
divergente (lateral) se mueve en varias direcciones en busca de la mejor
solución para resolver problemas a los que siempre enfrenta como nuevos, sin
mantener patrones de resolución establecidos, pudiéndose dar así una generosa
cantidad de soluciones adecuadas en vez de encontrar una única y correcta.
Ambos autores, basan sus teorías en dos pensamientos
diferentes pero que su trabajo dentro de la inteligencia del ser humano es uno
solo, donde en el convergente trabaja la memoria siendo este concreto, preciso
trabaja con el conocimiento científico (epistemológico) es aquel que busca las
coincidencias, similitudes y las relaciona entre los objetos o con situaciones
diferentes. Mientras que en el divergente es constructivista, se trabaja la
creatividad y varios de sus indicadores, trabaja con la experiencia del ser
humano, el mismo explora alternativas distintas, buscando diferentes
posibilidades, frente a una situación o simplemente a una pregunta.
Es por lo anteriormente expuesto, que se puede indicar
que no existe un dilema entre estos dos pensamientos, ambos deben trabajar con
la actitud y aptitud del ser humano, tomando siempre en cuenta que la persona
que crea tiene una razón divergente y convergente de la realidad en la
resolución de problemas de cualquier índole y solo con la aplicación continua
será una persona que crea.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa Persona que crea. El Proceso Creador.(Ensayo). Por Zulay Jiménez M.
ResponderEliminarINTRODUCCIÓN
Creemos que las cosas y fenómenos son como las vemos, pero la realidad es que en nuestro cerebro, en ese inimaginable universo de nuestro organismo, llegan percepciones sensoriales que ponen a funcionar gran cantidad de impulsos. Además en forma simultánea, comienza a conformarse toda una estructura selectiva de lo que vemos, oímos o percibimos, privilegiando o desechando el acceso de información a nuestra conciencia.
La mayoría de las veces, lo que percibimos se va estructurando de acuerdo a lo que aflora en nuestra mentalidad y experiencias; sin embargo ésta estructura que conformamos comienza nuevamente a reestructurarse con nuevos conocimientos; pero al mismo tiempo lo estamos interpretando, imaginando y proyectando algo más, estamos reestructurando una nueva forma de conocimiento.
En el presente trabajo se pretende establecer la importancia de la combinación del pensamiento convergente y el pensamiento divergente en el proceso de la creatividad.
La Persona que crea. El Proceso Creador.
Hasta los actuales momentos existe una diversidad de planteamientos teóricos sobre la definición de la creatividad. De la misma manera, no se ha podido identificar con exactitud, las áreas específicas, en el cerebro, donde se desarrolla la creatividad, al parecer gran parte de la responsabilidad descansa sobre el hemisferio derecho, del pensamiento divergente, no estructurado, libre, abierto, favorable al cambio. Aunque, por otra parte también se cree que la creatividad se desarrolla gracias a la combinación del hemisferio derecho (pensamiento divergente) y con un peso menor del hemisferio izquierdo, responsable este del pensamiento convergente o pensamiento lógico, evaluativo y rígido de la estructura del conocimiento.
Investigadores del cerebro humano han establecido diferencias biológicas y psicológicas en ambos hemisferios; el pensamiento convergente controla, principalmente, el lenguaje y las actividades lógicas, racionales y del cálculo; mientras que el pensamiento divergente, principalmente, controla las actividades artísticas, la imaginación y la creatividad. Se antepone la palabra “principalmente” para subrayar el mayor peso en esas actividades, más sin embargo, ambos hemisferios se comunican entre sí en el desarrollo de cualquier actividad.
De allí que todas las personas pueden crear, unos más que otros, dependiendo del medio de desenvolvimiento evolutivo del hombre. Desde la niñez hay la naturaleza creativa que requiere del apoyo familiar, la escuela, la comunidad y la sociedad. Lo que reforzará la formación de su personalidad creativa en su forma de pensar y de expresarse; así como de sus características individuales de la curiosidad intelectual, imaginación, confianza en sí mismo, intuición y capacidad de entrega. Esta última nos ayuda a entender que la creatividad, su producto, es el resultado de todo un proceso, donde en primer lugar se requiere de una necesidad de cambio o dar respuesta ante un problema; la búsqueda de información e investigación; ir dando posible respuestas o torrentes de ideas; posteriormente la evaluación y verificación de estas posibilidades encontradas y posteriormente presentar la solución o producto informado.
Así, podemos concluir que la creatividad no es producto de algo divino, se ha desmitificado la creencia de que es producto de seres superiores. Todos los seres humanos son creativos por naturaleza y su desarrollo depende del ambiente de su formación, conformando la personalidad, actitud y aptitud creadora. Igualmente que es producto de todo un proceso donde interviene el pensamiento convergente (conocimientos previos), y con mayor peso el pensamiento divergente, abierto al cambio. Lo que caracteriza sus raíces biológicas ya que es en el cerebro humano donde se lleva a cabo el proceso de la creatividad.