Al hablar
sobre la obra, abarcamos un alto % de generalidades que están presentes en el
contexto social y ambiental, ya sea
obras de arquitectura, construcción, tecnología, cultura, arte, etc.
A cada una de ellas se les identificara fácilmente al visualizarlas porque proyectar
características muy puntuales.
Es posible que en algunas de ellas encontremos estereotipos, entendiendo que es la “imagen o idea aceptadas comúnmente
por un grupo o por una sociedad con carácter fijo e inmutable”. En este
sentido, se copian elementos que
contribuyen a la realización de dicha obra que está enmarcada por la
demanda que impone el contexto social
con posibilidad que
perdure en el tiempo y no convertirse en una Obra Creadora.
La obra creadora, surge del pensamiento creativo, al entrar en acción
un conflicto dialectico; definiendo el primero como “una situación confusa,
agitada, que resulta de difícil salida”;
y el segundo como “parte de la
filosofía que estudia el razonamiento, leyes, formas y modos de expresión”. De
esta forma el artista o la persona
creadora tienen la posibilidad de recrear
y gestar la idea que surge de una necesidad generando un problema
en busca de una solución, utilizando de forma organizada inconsciente
o conscientemente un razonamiento
lógico para la realización de un
objetivo.
Para saber si hay presencia de una obra creadora, en primer lugar es que su
trayectoria trascienda en la historia
por su originalidad e impacto dentro de la sociedad, este indicador nos
orienta al segundo, la creatividad como
la herramienta fundamental que da impulso al nacimiento de nuevos productos. De esta
manera, la obra creadora está conectada con la acción interna
u/o externa del sujeto denominada motivación
que orienta el proceso y la fluye la creatividad con
libertad para crear.
Autor: María Isidra
Viera Mejía.
C.I. 9158884
20 – 02 - 2013
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