miércoles, 20 de marzo de 2013


IDENTIFICAR, DIAGNÓSTICAR O EVALUAR LA CREATIVIDAD

La identificación, diagnóstico o evaluación de la creatividad ha sido motivo de preocupación para los estudiosos de la creatividad, como Guilford, Torrance, Wallan, Kogan, McKinnon, Oester, Getzel y Jackson, entre los más destacados, teniendo la mayoría de los instrumentos utilizados para predecir si  una persona es creativa o no, como elemento común el pensamiento, tanto divergente como convergente.
En las pruebas para la determinación de la presencia de la cualidad creativa de las personas, Guilford considera 120 factores, empero, destaca sólo 24 desglosados   en 15 del pensamiento divergente, 5 del pensamiento convergente y 4 de evaluación, teniendo como objeto obtener el máximo de respuestas derivadas del problema dado, lo cual esta vinculado con la fluidez. En conjunción con el mayor número de respuestas diferentes obtenidas, relacionado con la flexibilidad, así como la expresión de originalidad manifestada por las repuestas menos frecuente.
Ante esta situación planteada se estableció que la identificación, diagnóstico o evaluación de la creatividad es una actividad difícil de medir o evaluar, obteniéndose resultados satisfactorios al considerar criterios de evaluación cónsono con el contexto y la realidad del sujeto susceptible de ser sometido a estudio, a pesar de las diversas dificultades que pueden suscitarse.


INTELIGENCIA, EMOTIVIDAD Y CREATIVIDAD.

A través del tiempo la concepción de la inteligencia, emotividad y creatividad ha cambiado. Por un período extenso se asoció la inteligencia con la resolución de problemas y la creación, donde la resolución de problemas esta vinculada con la razón y la lógica, mientras que la creatividad constituye el reflejo de la imaginación y la intuición. Sin embargo, los términos de inteligencia y creatividad manifestados por las personas, carecen, como fenómenos, de una definición precisa y clara, sustentado por los diferentes elementos que pueden operar en un individuo, tales como la capacidad intelectual, la afectividad, los factores sociales, la formación educativa y cultural, entre otras.
Una diferencia demarcada entre inteligencia y creatividad la constituye el hecho que la creatividad es un proceso cualitativo esencialmente, al estar aspectado por la imaginación y la intuición. Por otro lado, la inteligencia alude a la razón y la lógica.
Otro aspecto resaltante esta conformado al vincular la inteligencia con aptitudes especiales como la matemática, la música, la pintura y las actividades prácticas. La creatividad, en cuestión, presenta en un determinado momento, la dificultad de poder identificar a quien se refiere, si es al proceso creador, a la persona que crea o los productos creados, por lo tanto, la inteligencia y la creatividad no son facultades precisas, por el contrario, se consideran conformada por una pluralidad de aptitudes, disposiciones y capacidades.
En referencia a la inteligencia, algunos autores, entre ellos David Goleman, expresan que existen diversos tipos de inteligencia, siendo una de ellas la emocional, considerada como la manera de interactuar con el mundo, sustentado en los sentimientos y que aluden a muchas habilidades como el control de los impulsos, la motivación y la agilidad mental.
En este sentido se puede expresar que la inteligencia, la emotividad y la creatividad, son procesos manifestado por las personas. Estos procesos están estrechamente relacionados y permiten que las personas se destaquen dentro de un ámbito en particular.

Rubén Serrano Medina.
C. I. 4.811.457

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