martes, 16 de abril de 2013


               INTELIGENCIA, EMOTIVIDAD Y
                       CREATIVIDAD
PROF.  Nelly  Villegas

Para Piaget, la inteligencia es un sistema de operaciones vivas y actuantes, que no constituye una categoría aislada y discontinua de los procesos cognoscitivos. Añade que la mecánica de la adaptación presupone procesos de asimilación y de acomodación.  Así podríamos decir que hay creatividad cada vez que el individuo construye un esquema para realizar una adaptación y de esa forma la inteligencia, como fuente posible de creatividad estaría implícita.


En cuanto a los sentimientos que subyacen a la innovación, creo que deberíamos tomar el paradigma al que apunta la Inteligencia Emocional, que es la unión de razón y emoción en todos, o prácticamente todos, los procesos mentales.  la parte de la creatividad, de las nuevas ideas generadas que luego, mediante la razón, serán puestas en la práctica dentro de los procesos productivos educativos o en cualquier otro ámbito.
Para la inteligencia  es necesaria la emotividad positiva, sentimientos tales como el optimismo, la confianza o la esperanza. En definitiva, que permita expandir la mente para que la creatividad surja. Esto no significa que el momento en el que se produzca al creatividad no sea un momento difícil, o de urgencia completaría, pero son necesarios los sentimientos arriba indicados para que la mente pueda volar hacia nuevas ideas.
  
Pero para que esto se produzca de una forma más o menos sistemática y no esporádica en necesario trabajar en ello fuertemente,  para equivocarse, para probar, para divagar, para crear y que no sea el miedo al fracaso el que impida este proceso creativo, con lo que las empresas, las instituciones o las mismas personas deben tener ese permiso de errar en algunos intentos.
Dicho esto, una vez que esas ideas hayan surgido será la razón, el pensamiento analítico, que se desarrolla mejor en entornos emocionalmente neutros y quizás un poco negativos, el que hará que dichas ideas se trasformen en procesos o productos o proyectos que puedan entrar en el mundo productivo, en el mercado, en la sociedad.
En cuanto al sentimiento que subyace a todo esto, el que nos incita a crear, puede ser, aunque éste sentimiento derive de. La ambición no deja de ser un deseo ardiente de conseguir algo, la ilusión de conseguir algo, con lo que es necesario estar ilusionado, de tener una emotividad positiva hacia el futuro, para poder crear.
Confianza, esperanza, optimismo, fe… todos estos sentimientos complejos, que tienen un alto componente cognitivo, son los que yo considero, y así se lo dije a mis amigos, que están en el fundamento de la innovación.




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